Curso en línea
Módulo 1: ¿Cómo aprenden los alumnos?
Módulo 2: Facilitar el aprendizaje
Fechas: 1-16/11/2014
Tutora: Dra. Esther Barros
Como ya se
desprende de la primera evidencia, el
concepto de «tarea» ha ido evolucionando dentro del
enfoque comunicativo.
Como
comentaba en la entrada anterior, se
empieza a escribir sobre la enseñanza mediante tareas (EMT), la segunda
etapa del enfoque comunicativo, a
finales de los 80, pero no será
hasta el año 1997 cuando un manual de ELE consiga realmente plasmar la teoría
sobre la EMT en sus páginas. Me refiero a Gente 1 (Difusión).
Este nuevo
enfoque mediante tareas constituye una evolución
con respecto a la primera etapa del enfoque comunicativo, basada en la programación
nociofuncional. Mientras que esta se centraba únicamente en la comunicación
lingüística, el enfoque mediante tareas lleva al aula procesos de comunicación
real basados en la acción.
El Marco
Común Europeo de Referencia define el concepto de tarea como sigue:
«Una tarea se
define como cualquier acción intencionada que un individuo considera necesaria
para conseguir un resultado concreto en cuanto a la resolución de un problema,
el cumplimiento de una obligación o la consecución de un objetivo. […] Hablamos
de “tareas” en la medida en que las acciones las realizan uno o más individuos
utilizando estratégicamente sus competencias específicas para conseguir un
resultado concreto». (MCER, 2002, capítulo 2, 2.1. p. 10).
El carácter
de una tarea puede ser enormemente variado y la comunicación (en forma de
interacción, expresión, comprensión, mediación o una combinación de dos o más)
constituye una parte esencial de la misma.
Se distinguen
dos tipos de tareas (cito textualmente del material del curso):
Tareas de la «vida real»: estas tareas se eligen según las
necesidades que tienen los alumnos fuera del aula, ya sean en los ámbitos
personal y público, ya sea en relación con necesidades más específicas de
carácter profesional o educativo. La comunicación es una parte esencial.
Tareas de carácter «pedagógico»: estas tareas se basan en la naturaleza
social e interactiva, así como en la inmediatez, características ambas del
aula. En estas circunstancias, los alumnos acceden a participar en situaciones
ficticias en las que usan la lengua meta para llevar a cabo tareas centradas en
el significado.
Las tareas de
carácter «pedagógico» no son ejercicios en los que se practican aspectos
formales de manera descontextualizada, sino que implican activamente a los
alumnos en una comunicación significativa, son relevantes, plantean una
dificultad pero son factibles y sus resultados son identificables.
Así, rellenar
un formulario para la Administración sí sería una tarea de la «vida real»,
mientras que elaborar un libro de cocina con recetas de varios compañeros como
en la tarea final de la unidad 7 de Gente
1 se consideraría una tarea de carácter «pedagógico».
Es importante
tener en cuenta que la dificultad de la actividad no radica
en la tarea en sí, sino en cómo la enfocamos. Como profesores podemos adaptar
la tarea a las necesidades específicas de nuestros alumnos. Quizás es esta
flexibilidad y los positivos resultados obtenidos en el proceso de
enseñanza-aprendizaje al emplearlas lo que hace que se sigan llevando a las
aulas hasta hoy.
Para
cerrar esta entrada sobre la evolución del concepto de «tarea» en el enfoque
comunicativo, me gustaría incluir un esquema de la unidad formativa 2 del curso
online que ilustra muy bien en qué punto se encuentra el concepto actualmente y
los aspectos que lo componen:
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