viernes, 28 de noviembre de 2014

Autonomía, estrategias y autoevaluación · Evidencia 6

Curso en línea
Módulo 2: Facilitar el aprendizaje
Unidad formativa 4: Autonomía en el aprendizaje
Fechas: 1-16/11/2014
Tutora: Dra. Esther Barros

En esta unidad formativa nos centramos en el concepto de la autonomía en el aprendizaje, en las estrategias de aprendizaje que desarrollan nuestros alumnos en una enseñanza comunicativa y en la autoevaluación que llevan a cabo del propio proceso de aprendizaje.

Como ya hemos ido viendo a lo largo del curso, uno de los principios de la enseñanza comunicativa desde sus inicios es el desarrollo de autonomía. Con ella, los programas educativos empiezan a establecer pautas de actuación para el desarrollo de la responsabilidad respecto del propio proceso de aprendizaje. A raíz de la crisis del método, empiezan a publicarse estudios acerca de la importancia de la autonomía en el proceso de aprendizaje. En la era posmétodo, el alumno ya no es un receptor pasivo, sino que se convierte en el protagonista de su proceso de aprendizaje. A todas esas reflexiones hay que sumarle las aportaciones de las teorías de la educación, del a psicología y de la psicolingüística, como vimos en la lectura obligatoria del módulo 1 del curso «Lengua y comunicación: tres décadas de cambio» de Álvaro Garcia Santa-Cecilia (2002), disponible en su totalidad en este enlace.

Según E. Martín Peris, este concepto se podría definir como sigue:

«Por autonomía en el aprendizaje se entiende la capacidad que desarrolla el alumno para organizar su propio proceso de aprendizaje. A diferencia de la autonomía, de carácter espontaneo e inconsciente, que cada persona puede ejercer en la vida cotidiana, la autonomía en el aprendizaje es intencional, consciente, explícita y analítica». (E. Martín Peris, 2008, Diccionario de términos clave de ELE. Madrid: SGEL.)

El Plan Curricular del Instituto Cervantes (PCIC) contempla al aprendiente de lenguas desde una triple dimensión: como agente social, como hablante intercultural y como aprendiente autónomo. Según el PCIC, la autonomía se concibe como autorregulación, es decir, la capacidad de que el alumno asuma el control consciente en los siguientes seis aspectos implicados en el proceso de aprendizaje (PCIC, 2006: 90-97):

- Control del proceso de aprendizaje
Identificar las áreas en las que es capaz de llevar a cabo el proceso de aprendizaje de forma autónoma y el grado en el que es capaz de hacerlo.

- Planificación del aprendizaje
Identificar sus necesidades de aprendizaje y comunicación en español y definir sus metas en términos generales. Relacionar las propias metas de aprendizaje y uso del español con los objetivos y contenidos del currículo.

- Gestión de recursos
Identificar los recursos de que dispone para el aprendizaje independiente o autodirigido. Ensayar planes de aprendizaje independiente o autodirigido.

- Uso estratégico de procedimientos de aprendizaje
Tomar consciencia del concepto de estrategia. Ensayar, de forma pautada, el uso estratégico de procedimientos para la asimilación de contenidos. Ensayar, de forma pautada, el uso de procedimientos metacognitivos (planificación, ejecución, evaluación y reparación).

- Control de los factores psicoafectivos
Tomar conciencia del concepto que tiene de sí mismo como aprendiente de lenguas. Tomar conciencia del papel que desempeñan factores como la motivación, la ansiedad, la capacidad de correr riesgos, la actitud hacia el error, etc. en el proceso de aprendizaje y ensayar un control consciente sobre estos factores.

- Cooperación con el grupo
Adquirir las claves para crear y mantener un clima adecuado de trabajo en grupo. Ensayar el uso estratégico de procedimientos para trabajar eficazmente en grupos de trabajo.

Estos seis objetivos del aprendiente autónomo se pueden encontrar descritos por niveles (A1-A2, B1-B2, C1-C2) en este enlace al PCIC, que distingue para cada uno de ellos tres fases: aproximación, profundización y consolidación.

Por lo tanto, estos son, expuestos de manera más visual, los seis aspectos que un alumno debe controlar conscientemente en el marco del enfoque comunicativo:



Este esquema se recoge en un interesante taller impartido por el Departamento de Ordenación Académica del Instituto Cervantes en el Congreso Mundial de Profesores de Español que tuvo lugar en 2011 que se puede ver en este enlace.


Siguiendo con la cuestión de “¿Cómo se facilita el aprendizaje?”, en este vídeo y en las entradas anteriores vemos que el uso de estrategias lo facilita y es una característica del estudiante autónomo. El concepto de «estrategia» se empezó a desarrollar con el enfoque comunicativo a principios de los años 70 al querer identificar qué hacía un buen aprendiente de lenguas para que su aprendizaje fuera más efectivo, para poder así fomentar su desarrollo en los estudiantes que las necesitaran.

Las estrategias de aprendizaje engloban, según la propuesta de autores como Oxford, tres tipos de estrategias, tal como se puede observar en el siguiente esquema del material del curso:



 Pero ¿se pueden enseñar? El PCIC se sitúa en la línea de investigaciones que considera que las estrategias sí se pueden enseñar y así lo recoge en su inventario 13. La mayoría de los estudios al respecto llegan a la conclusión de que los estudiantes que han recibido una enseñanza explícita en el desarrollo de estrategias presentan un mayor rendimiento en el desarrollo de tareas de lengua que los que no la han recibido.


Por último, en el curso hemos visto que existen herramientas que podemos utilizar en clase para fomentar la autorregulación del alumno, por ejemplo:

- Diario del estudiante
Se anota la evolución del aprendizaje. Pueden ser individuales y extraescolares, o formar parte de la actividad de la clase, dedicando, por ejemplo, unos minutos al comienzo o al final de la semana para hacer balance del trabajo realizado, anotar los logros y establecer prioridades y compromisos de trabajo individuales o de grupo.

- Lista de control
Se elabora a partir de descriptores del MCER adaptados al nivel y a la categoría que se quieran evaluar o a una actividad de clase concreta. Por ejemplo, en el caso de la expresión oral, la lista podría contener afirmaciones del siguiente tipo: «Pido aclaraciones cuando no entiendo lo que me dicen»; «Sé cómo empezar una conversación»; «Repito lo que alguien me ha dicho para asegurarme de que lo he entendido bien».

- Carpeta, dosier o portafolio
El objetivo es recoger las actividades y actuaciones realizadas en la clase para fomentar la reflexión sobre el progreso alcanzado y proponerse objetivos de aprendizaje concretos a corto plazo.

Por otro lado está el Portfolio Europeo de las Lenguas (PEL), un documento promovido por el Consejo de Europa en que el alumno plasma sus reflexiones y se autoevalúa. Se compone de las siguientes partes (esquema del material del curso):

En este enlace del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE), se pueden descargar varios portfolios validados en formato papel.



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